El valor de uso de un bien que está determinado por sus condiciones naturales, es la aptitud que posee un objeto para satisfacer una necesidad.
En un sistema de producción capitalista o de producción de mercancías, debe diferenciarse del valor de cambio, ya que siendo este último una condición social asignada por el mercado, el valor de uso corresponde y es determinado por las condiciones naturales del objeto y tiene real relevancia con la utilidad que podremos obtener de él.
Un ejemplo que parece paradójico es el del agua, que posee un valor de uso importantísimo (ya que es fundamental para el sustento humano), pero que posee un valor de cambio muy bajo. Por el contrario, el diamante, objeto de baja utilidad práctica, posee un muy alto valor de cambio, para la teoría del valor trabajo, debido que su extracción y procesamiento demanda en promedio mucho gasto de fuerza de trabajo. Para la teoría marginalista, debido a la utilidad marginal.
El trabajo es un valor de uso particular: su utilidad consiste precisamente en ser el único creador de valores de uso (los bienes naturales son eventualmente valores de uso, pero no se crean, en todo caso se modifican).
Adam Smith considera al salario como el precio de una mercancía y piensa que el mejor precio es el que viene determinado por el libre juego de la oferta y la demanda en el mercado de trabajo. Este juego de la oferta y la demanda podrían establecer el salario por debajo del mínimo.
Insistiendo en la asimilación del trabajo con la mercancía, llega a la asimilación del hombre mismo con la mercancía. Considera el valor del hombre según el valor de su trabajo o de lo que con él produce.
Olvidándose de que se ha hecho una abstracción simplificadora, considera al homo oeconomicus como la expresión de toda realidad humana. (error también de todos los liberales). No todos los hombres son comerciantes.
lunes, 8 de septiembre de 2008
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